Ciencia, pasión descrita 2013

Siempre he sido un niño muy curioso. Cuando era tan solo un niño de apenas dos años, y el habla era totalmente reciente para mi, desde el carrito levantaba mi dedo y apuntaba a todo lo desconocido preguntando qué era. Esa curiosidad fue creciendo a la par que yo, y de preguntar un simple qué es eso pasé a preguntar por qué era así. Quería razones, explicaciones. Y conforme más crecía, más era mi interés, y no me bastaba saber qué era y por qué, sino saber de dónde venía todo.

Conforme crecía, desarrollaba mi capacidad de autosuficiencia, y no me hacía falta preguntar, me gustaba averiguar las cosas por mí mismo, averiguar mis propias respuestas. Me hice amigo de la lógica y la razón y con el tiempo, descubrí que ambas pertenecen a un gran saco de sabiduría, la ciencia. Siempre he sido un ambicioso a la hora de adquirir conocimientos y todo lo que tiene que ver con ello, y conforme más ciencias conocían más quería aprender. De pequeño, todos soñaban con ser futbolistas o motoristas de élite, y yo soñaba con ser astrónomo, porque adoraba lo poco que sabía acerca de lo que nuestra vista no sabe alcanzar. Crecía, y todos querían ser profesores o deportistas, y yo quería ser antropólogo, porque me parecía fascinante la forma en la que hemos llegado a ser como somos. Seguía observando, y aprecié la variedad humana, lo complejos que llegamos a ser, la forma en que respiramos y pestañeamos sin querer y al mismo tiempo, la forma en que relacionamos todo y nos relacionamos todos, y descubrí en mí una pasión: entender al ser humano.


Todo esto me llevó a este mismo momento, en el que me preguntan qué pienso sobre la ciencia y sin duda se me escapa una exclamación, sin duda afirmo que ciencia es vida, y que yo soy ciencia. Qué hacemos bien, qué mal, por qué somos como somos, por qué mi madre y yo hacemos el mismo gesto con las manos cada vez que nos reímos y por qué miro a mi hermana y veo los ojos marrones de mi padre. Por qué seres inmóviles como las plantas sostienen nuestra vida entre sus manos y por qué hemos llegado hasta aquí. Todo es ciencia, y eso es mi vida.

Alberto Puntas.

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